Lo sagrado no es nada en sí mismo, sino que lo es en tanto se opone a lo profano (Durkheim dixit). La sacralidad máxima se concentra en el concepto de divinidad, que es, así, lo más diferente, lo radicalmente “otro”, lo que Mircea Eliade llamaba ganz andere, y Rudolf Otto “lo santo”: aquello que posee cualidades de las que el hombre carece; ya sean las ligadas a la fuerza o al poder, al saber, al querer o al sentir; ya sea la altura de la montaña, la energía del sol, la violencia del fuego o el ímpetu del rayo. O la extrañeza que produce la observación de los animales, tan iguales y tan diferentes de nosotros mismos. La sacralización –o la deificación– de algún animal ha sido una constante en todos los tiempos y en todas las culturas: del escarabeo de los egipcios al jaguar de cualquier pueblo amazónico, pasando por el toro, el perro o la ballena. En este curso de verano –con la participación de antropólogos, historiadores del arte o de la cultura–, se ofrecerán algunas descripciones e interpretaciones de diversos animales que han sido sacralizados por diferentes pueblos del pasado y el presente.
Hace poco más de 60 años los plásticos eran prácticamente inexistentes en el medioambiente, pero debido a la producción masiva de este material y la mala gestión de su eliminación, se estima que para 2060 se habrán alcanzado 155-265 millones de toneladas de residuos de plástico por año. Recientes estudios científicos revelan que los plásticos representan un porcentaje comprendido entre el 80-90% de la basura marina. La basura marina no es sólo un problema estético, sino que además de producir un importante impacto socioeconómico, amenaza la salud humana y la seguridad, y presenta efectos negativos sobre los organismos marinos y los hábitats.
La escala de tamaños en la que estos residuos plásticos se pueden encontrar (macro, micro y nano plásticos) es un factor particularmente importante, ya que el tamaño del residuo o de la partícula de plástico está directamente relacionado con el mayor o menor grado de afectación a los organismos marinos. Los microplásticos, originados por la degradación de otros de mayor tamaño, son la principal fuente de contaminación de mares y océanos. Además, los microplásticos suponen un grave problema para el medio marino ya que pueden liberar sustancias químicas tóxicas al agua, como son los aditivos plásticos (derivados que se añaden en la fabricación del plástico original) o adsorber sustancias químicas hacia ellos, como son los contaminantes orgánicos persistentes (COP) lo que aumenta su potencial riesgo.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha admitido que no hay datos contundentes que permitan conocer la incidencia sobre la salud humana de los residuos plásticos, y destaca la necesidad de desarrollar y estandarizar métodos fiables para el análisis de este tipo de contaminantes en alimentos marinos.
Este curso está orientado para dar a conocer la problemática que afecta nuestros océanos por las basuras marinas y así, promover la educación y concienciación ambiental con el objetivo de relacionar y determinar el efecto de los microplásticos en fauna marina y el ser humano. El curso se completa con de consulta de materiales y participación activa del estudiante de forma presencial o en el foro del curso virtual.