Conferencia: “La venganza de Hubert Dreyfus: fundamentos de una nueva Ciencia Cognitiva”
En esta charla se pretende reconstruir la historia del fracaso del “Proyecto de investigación de la Inteligencia Artificial” y las consecuencias de las limitaciones que se ha encontrado para dotar a las máquinas de inteligencia humana, iniciado institucionalmente desde la reunión de Darmouth en 1956. Algunos de los problemas actuales fueron adelantados en What Computers Can’t Do (1972), del profesor de la Universidad de Berkeley Hubert Dreyfus, que en la última edición de 1992 utilizaba incluso un subtítulo con cierta inspiración kantiana: A Critique of Artificial Reason.
La charla utilizará indirectamente las críticas de Dreyfus para mostra las propuestas actuales de renovación del “Proyecto para una nueva Ciencia Cognitiva”. No deja de ser notable que un programa de trabajo que durante más de 50 años se fundamentó en un contexto filosófico basado en una actitud analítica y cientificista, manifieste explícitamente que sólo se solucionarán problemas profundos si el proyecto se dota de un linaje más heideggeriano.
Sahel significa costa y nombra al espacio geográfico, del Atlántico al Mar Rojo, que comunica el sur del Magreb con el África subsahariana. En gran parte desierto y población esencialmente nómada, fue ruta comercial del norte al sur. Ahora se ha convertido en un polvorín, devastado además por la sequía. De las cerca de 10 millones de personas que habitan esta región, la mitad son mujeres. Trabajan la tierra, buscan y transportan agua, cuidan el ganado y se ocupan de sus familias. Su acceso a la educación y a la salud es mínimo y padecen las primeras los traslados forzosos de la población en las disputas armadas, como ahora en Malí. Son heroínas en medio de los conflictos. Tienen mucho por ganar y se implican en esa tarea. En redes y organizaciones propias, levantan su voz frente a las injerencias extranjeras y al extremismo religioso. Reclaman su intervención en la política y la resolución pacífica de los problemas de sus países. Se agrupan para adquirir la propiedad de los campos y los pozos del agua y extraer de la tierra los alimentos que necesitan para sobrevivir. Su participación es imprescindible en el desarrollo humano del Sahel.