Más allá de nuestra tendencia a la monogamia, las parejas conviven desde la fantasía o la realidad con los celos y la infidelidad. Pueden aparecer dinámicas relacionales de “tres o cuatro bandas”. Un tema que levanta pasiones y suele ser objeto de crítica en el ámbito social por lo que muchas veces adquiere cierto carácter “tabú”. Se entremezclan intensos sentimientos de traición, culpa, rencor que afectan a la autoestima, a veces difíciles de manejar. Aunque se suele destacar el carácter destructivo de la infidelidad… ¿Es posible encontrar algún aspecto beneficioso para la pareja y sus miembros?