A pesar de vivir en la era de la tecnología, las telecomunicaciones y el transporte, donde prima la conexión espacial y las facilidades para relacionarnos, siguen existiendo ciertas desigualdades que delimitan y definen territorios en función de su desarrollo. Esto continúa fomentando, como así lo viene haciendo el proceso de urbanización e industrialización desde la década de los 60 en España, la movilización poblacional y, por ende, el vaciamiento de las áreas más atrasadas, correspondiéndose éstas con el mundo rural.
Es por ello que los investigadores y las instituciones vienen poniendo el foco en estos espacios en declive, principalmente en la última década, con el objetivo dar a conocer su panorama actual, desarrollar medidas de actuación y ejercer políticas que motiven o ayuden a revertir, en la medida de lo posible, esta preocupante situación.
En este sentido, el colectivo definido como Población Vinculada toma el protagonismo. Todos aquellos que viven el territorio, ya sea de forma continua o intercalada, de forma directa o indirecta, deben ser considerados por igual piezas clave del devenir socioeconómico de este espacio, el rural.
¿Tienes un proyecto empresarial y no sabes cómo empezar? ¿Piensas en cómo revitalizar industrialmente tu zona? ¿Deseas comercializar tu producto o servicio en otros lugares? Si es así, ¡este curso es para ti! Conocerás las claves estratégicas
El objetivo de este curso es analizar las vías por las que el patrimonio cultural, etnográfico, industrial, social... puede ser aprovechado como una fuente de desarrollo del mundo rural, con un análisis de buenas prácticas desarrolladas en territorios concretos. así, se analizan los valores, la cultura, el repertorio musical, la Semana Santa o el patrimonio industrial y minero, todo ello bajo el prisma de que el territorio es un bien común que debe ser utilizado por las generaciones presentes pero respetado y cuidado para las generaciones futuras y el uso de las nuevas tecnologías para su desarrollo
Las poblaciones rurales se enfrentan a retos de aislamiento geográfico, de comunicación, problemas de servicios y atención básica y de retención de la población. Por otro lado, las comunidades rurales suelen ser descritas como el fruto de una resiliencia colectiva y del impulso para mantenerse frente a las dificultades económicas, sociales y ambientales. En particular, los elevados niveles de voluntariado y participación cívica en las zonas rurales pueden considerarse como un elemento que contrarresta la retirada de servicios. Por esta razón, las comunidades rurales pueden constituir el caldo de cultivo perfecto para la actividad empresarial social que resuelve los problemas existentes y contribuye a su sostenibilidad a largo plazo. En esta jornada buscamos comprender la situación de la mujer en entornos rurales, su realidad y necesidades
El Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO) se ha comprometido a afrontar el reto demográfico en la España Despoblada a través de la creación de una Red Nacional de Centros de Innovación Territorial, que es el conector de los ecosistemas locales de desarrollo rural formados dentro de los Centros de Innovación Territorial (CIT) provinciales, contribuyendo al intercambio de conocimiento, fomentando la actividad económica y potenciando la creación de iniciativas innovadoras que hacen frente a los retos de los territorios desde la innovación social. La colaboración y la inteligencia colectiva se definen como ejes estratégicos de desarrollo. Como se acaba de señalar, los Centros de Innovación Territorial (CIT) son los motores del desarrollo local basados en la colaboración entre actores públicos y privados. Su misión es aprovechar los recursos locales con el fin último de potenciar actividades que contribuyan al equilibrio territorial, acompañando al enorme capital natural y humano que atesoran nuestros pueblos y nuestro medio rural. Nacen, así, con la vocación de incardinarse en el territorio, de alimentarse de las iniciativas y de los proyectos públicos y privados que están gestándose en nuestro medio rural, potenciando el talento de nuestros pueblos. Cada CIT debe responder a las necesidades del territorio donde se asienta, pero, al mismo tiempo, es fundamental construir una red que evite duplicidades de servicios. Además, enmarcar los CTIs en el lenguaje de la sostenibilidad genera un marco común de actuación a nivel local, nacional e internacional.