Desde los inicios de la literatura, la mujer ha sido fuente de inspiración. Su papel fundamental se explica como motivo de obras poéticas o narrativas, bien por su belleza física o bien por su fuerza vital.
En un principio, la mujer, vetada para aprender a leer y a escribir, sólo podía formar parte de la literatura como objeto descrito, pero con muchas dificultades fue abriéndose camino para ocupar un lugar propio como escritora.
A través de la mirada femenina, contemplaremos el devenir histórico literario. La leyenda y la realidad de las mujeres que vivieron luchando para poder expresarse en su propia voz. Mujeres que escribieron y leyeron para saber, para aprender, para conocer… incluso, aunque les costara la muerte.
Si las pisaron, fueron capaces de levantarse reinventando su futuro para ponerse a la vanguardia de las actividades culturales, empoderándose y ocupando lugares destacados de la narrativa más vendida y de los poemas más leídos.
Las mujeres, con nuestra literatura, con nuestra interpretación de la realidad estamos celebrando que somos especiales y diferentes pero todas necesarias y únicas.